La colectivización fue una acción organizada en la Unión Soviética con el objetivo de liquidar la propiedad privada y concentrar a los campesinos en granjas colectivas y cooperativas.

La declaración de los estados bálticos como repúblicas soviéticas fue seguida por una reestructuración política, económica y social, incluida la reforma agraria, acompañada de terror masivo. El sector privado en la industria fue abolido en 1945, en el comercio en 1947 y la reforma agraria se llevó a cabo nuevamente en 1944-1946.

Los campesinos se vieron presionados por su obligación de vender productos agrícolas, el pago de impuestos y sus deberes laborales. La formación de granjas colectivas comenzó en 1947, después de la decisión del Politburó del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética del 21 de mayo, "Sobre la formación de granjas colectivas en las RSS de Lituania, Letonia y Estonia". El 25 de marzo de 1949 se llevaron a cabo deportaciones masivas. El miedo a la deportación aseguró el éxito del establecimiento de estas granjas colectivas. Económicamente, el establecimiento de granjas colectivas fue devastador: las obligaciones estatales de vender a precios de compra simbólicos y las tarifas de servicio extremadamente altas pagadas que se pagaban a las estaciones de máquinas y tractores absorbieron prácticamente todos los ingresos de las granjas colectivas. Los koljóses vivían solo de su huerto y de la ganadería, el trabajo de los koljóses perdía sentido, y los koljóses perdían las ganas de trabajar.