En los Estados bálticos, el término partisanos no se usa para los combatientes de la resistencia armada, debido al significado politizado de la palabra durante la era soviética. En estonio, metsavennad, en letón mežabrāļi y en lituano miško broliai eran unidades que operaban en Estonia, Letonia y Lituania durante la Segunda Guerra Mundial y que, más tarde, después de la invasión soviética, continuó la lucha contra el dominio soviético.

En 1940, la Unión Soviética ocupó y se anexionó Estonia, Letonia y Lituania. Debido a la amenaza de la represión, ex figuras estatales, militares y otras personas socialmente activas o destacadas se ocularon en los bosques. En particular, el número de “Hermanos del bosque” aumentó después de la deportación masiva del 14 de junio de 1941.

Durante la ocupación alemana, los Hermanos del bosque” formaron las “Fuerzas de autodefensa”.

El Ejército Rojo reconquistó Estonia, Letonia y Lituania en 1944-1945. En los años siguientes, más de 70 000 ciudadanos bálticos se escondieron en los bosques debido a la represión estalinista y al gobierno soviético. El tamaño y la composición de las unidades de resistencia iban desde los ”Hermanos del bosque”, armados únicamente en defensa propia, hasta grupos grandes y bien organizados listos para el combate.

A fines de la década de 1940 y principios de la de 1950, los servicios de inteligencia británicos (MI6), estadounidenses y suecos proporcionaron a los “Hermanos del bosque”, una estructura de comunicaciones e información logística. Dicha asistencia desempeñó un papel clave en la orientación del movimiento de resistencia del Báltico, aunque disminuyó significativamente después del grave riesgo que se corrió en la Operación Jungla del MI6, cuando los espías británicos dobles (Kim Philby y otros) pasaron información a las autoridades soviéticas, lo que permitió a la KGB identificar, infiltrar y desmantelar muchas unidades y grupos partisanos bálticos, lo que les impidió tener una mayor exposición a la inteligencia occidental.